Publicado: 12 de Septiembre de 2014
En los dos primeros años de vida de un niño su esqueleto y su sistema nervioso desarrollan toda la base para la bipedestación. Después va a andar muchos kilómetros a lo largo de su vida encima de sus pies (más de 2 veces el largo del ecuador).
El pie consiste en 26 huesos y más de 30 articulaciones. Los muchos ligamentos y músculos que lo forman crean una estática correcta para aguantar el peso de todo el cuerpo y todo tipo de actividades, incluso las más bruscas y extremas. De gran importancia para la estática por ejemplo son los arcos del pie, tanto el longitudinal como el transversal.
Como todo el esqueleto del niño, los huesos de sus pies crecen hasta los 14 -16 años de vida antes de osificarse completamente. Los niños en líneas generales nacen normalmente con un pie perfectamente sano. Por ello resulta extraño que tantos adultos tengan problemas con sus pies y lamentablemente existen muchos niños ya con trastornos en el crecimiento de los pies. La mayoría de esos trastornos de crecimiento están causados por un calzado demasiado pequeño o por falta de estimulación nerviosa en las etapas primeras de la vida.
¿DÓNDE ESTÁ EL PROBLEMA A LA HORA DE ELEGIR EL NÚMERO?
Los bebés y los niños cuando se prueban un zapato no saben decidir si les va bien o no. Y durante el uso de un calzado no pueden dar una información objetiva sobre sus percepciones a sus padres. Hay que tener en cuenta varios errores frecuentes:
- Los pies crecen a ritmos diferentes en diferentes épocas. No se puede fijar un calendario sobre la evolución del pie para saber cuándo deberemos cambiar el número de calzado del niño.
- Hay que tener en cuenta que un pie infantil es frágil y blando y es posible meterlo en zapatos hasta tres números más pequeños.
- Cada pie necesita suficiente espacio de deslizamiento para los dedos en la punta del zapato para dar un paso, tanto en adultos como en niños. Al ser un zapato infantil además hay que tener en cuenta el espacio que el pie necesita para su crecimiento. El espacio libre debería ser de un centímetro al comprar los zapatos.
- Aparte del largo del zapato también importa el ancho. Los pies no deben estar apretados por los lados del zapato.
CÓMO ELEGIR EL NÚMERO CORRECTO
- Probar los nuevos zapatos por la tarde. Los pies se suelen hinchar durante el día y así se evita que el zapato se haga ‘pequeño’.
- Usar una "huella" en cartón o plástico duro realizada a nuestro hijo de pie y con los dedos estirados, de forma que el contorno dibujado y recortado nos sirva de modelo real en la zapatería. Esa palmilla la meteremos en el zapato y comprobaremos que ajusta correctamente en el interior del zapato.
- Controlar cada tres o cuatro meses si todos los zapatos incluso sandalias, botas de agua o zapatillas todavía caben al niño.
- Aceptar el hecho que el niño crece y que los zapatos se tienen que comprar en función de este ritmo. Intentar ahorrar dinero así es desatender la salud de tu hijo.