Publicado: 28 de Julio de 2014
EL RIESGO DE INFECCIÓN EN LOS PIES
El riesgo de infecciones en los pies, como el PAPILOMA PLANTAR, aumenta en verano, sobre todo en la población infantil, debido al mayor contacto directo que se produce en lugares húmedos con afluencia de población, como las piscinas. Según la Asociación Europea de Podología Integrativa (AEPI). Esta infección, causada por un tipo de virus del papiloma humano (VPH), puede afectar a cualquier edad aunque su incidencia es mayor en niños, sobre todo a partir de los 5 años, adolescentes y adultos jóvenes.
El VIRUS que ocasiona el papiloma plantar, cuya manifestación clínica es de tipo tumoral benigno, entra a nuestro organismo a través de las células que cubren la superficie de la piel, por lo que es muy contagioso. Pero hay que tener en cuenta que tiene un período de incubación y que en el pie suele aparecer entre los 6 y 18 meses posteriores a la infección.
Afecta sobre todo a personas con un bajo sistema inmunológico y con capas más finas de la piel, como es el caso de los niños, por eso ellos están más expuestos al contagio, ya que la principal vía es el contacto. Para evitarlo, es importante que no anden descalzos y que usen chanclas y calcetines de latex en aquellos lugares donde hay mayor exposición como las piscinas públicas y las duchas comunes de sitios como los gimnasios.
Otros factores de riesgo que pueden favorecer la aparición de un papiloma plantar son las heridas, las situaciones de estrés, la falta de higiene o el calor y la humedad. Se recomienda cuidar la higiene y la alimentación, lo que permitirá también activar las defensas.
OTROS PROBLEMAS DE LOS PIES EN VERANO
En verano, los pies son una de las partes del cuerpo más expuestas a distintos tipos de problemas. Un calzado mal adecuado, la falta de hidratación o de higiene pueden provocar la aparición de AMPOLLAS, DUREZAS, CALLOSIDADES o HERIDAS, que en determinadas personas pueden derivar en ABSCESOS y ÚLCERAS.
El Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos recomienda lavar a diario los pies con un jabón neutro, secárselos bien, aplicar crema hidratante diaria en los talones y en el dorso, así como protección solar, no cortar las durezas o callosidades, usar calcetines de algodón o de hilo para favorecer la transpiración, utilizar un calzado de verano adecuado que no lesione la piel y extremar las precauciones en lugares públicos para evitar el contagio de hongos, virus y bacterias.
Y ante cualquier duda, acudir al profesional sanitario que sabrá identificar el problema y aplicar la solución más adaptada a él.